En los debates actuales sobre moral sexual, quienes se refieren al derecho al la autonomía sostienen que los individuos deben ser libres de escoger por sí mismos el uso que hagan de sus cuerpos. Por tanto, no habría nada de malo, por ejemplo en el ejercicio libre de la prostitución.
EN cambio, a Kant la prostitución los parecía rechazable, curiosamente, por las mismas razones. “ Permitir que una persona saque un beneficio económico de que la use otro para satisfacer el deseo sexual, hacer de sí misma un objeto de demanda, es […] hacer de sí misma una cosa con la que otro satisface su apetito, tal y como calma su hambre con un filete” Los seres humanos no “tienen derecho a ofrecerse a sí mismos, por un beneficio económico, como cosas para que otros lo usen a fin de satisfacer sus propensiones sexuales” Hacerlo así es tratar a la propia persona como una mera cosa, un objeto de uso. “ El principio moral que subyace en esto es que el hombre no es propiedad de sí mismo y no puede hacer con su cuerpo lo que le de la gana”
¿Podemos hacer con nuestro cuerpo lo que nos de la gana?