viernes, 3 de junio de 2011

¿Qué valor tiene una promesa?


William y Elizabeth Stern querían tener un hijo, pero por sí mismo no podían. Ella padecía de esclerosis múltiple. Publicaron un anuncio en busca de una “madre sustituta” dispuesta a quedarse embarazada a cambio de una suma considerable.

Una de las mujeres que respondió al anuncio fue Mary Beth Whitehead, que tenía dos hijos y era esposa de un trabajador de la recogida de basuras. En 1985, William Stern y Mary Beth Whitehead firmaron un contrato. Mary Beth aceptaba que se la inseminase artificialmente con el esperma de William y entregar el niño una vez hubiese nacido. Aceptaba además ceder sus derechos maternos para que Elizabeth pudiese adoptar el niño. Por su parte, William pagaría a Mary Beth 10.000 dólares además de correr con los gastos médicos (unos 7.500 dólares).

En 1986 Mary Beth dio a luz a una niña, sin embargo, fue incapaz de separase de ella y quiso quedársela. Huyo a Florida, pero los Stern consiguieron que se emitiese una orden judicial que la obligaba a entregar a la niña y al final, la disputa por la custodia acabó en los juzgados de New Jersey.

El juez tuvo que decidir si el contrato debía cumplirse, y declaró que el acuerdo era válido basándose en que los contratos son sagrados. Un trato era un trato, y la madre biológica no tenía derecho a romper el contrato simplemente porque hubiese cambiado de opinión.

Las objeciones que se presentaron fueron dos. La primera fue que el consentimiento inicial de Mery Beth estuvo condicionado por la necesidad de dinero, y para que un trato tenga validez debe hacerse libremente. La segunda fue que esta manera de proceder convierte a los niños en mercancías y explota a las mujeres al tratar el embarazo como un negocio lucrativo.

Desde un punto de vista moral, ¿se debe cumplir lo pactado? ¿Por qué?

2 comentarios:

  1. Yo creo que sí se debe cumplir aquello para lo que hagamos una promesa, para lo que demos nuestra palabra. Sino ¿de qué serviría hacer una promesa?seria como mentir a esa persona. Nadie se fiaría de nadie y seria una desconfianza continua.
    Pero para hacer una promesa,debe ser algo serio y sobre lo que pensemos detenidamente, no algo que hagamos albedrío y sin tomar conciencia de ello. Para eso debemos sopesar todas las opciones antes de prometer algo a una persona, sin tener ninguna coacción como le ocurrió a Mary Beth Whitehead, que realmente aceptó someterse a la inseminación, única y exclusivamente porque necesitaba urgentemente el dinero.

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  2. Yo también considero que debería cumplirse esta promesa, la madre biológica debió pensar si después querría al bebé antes de hacer la promesa.
    Una vez hecha, no hay vuelta atrás, hay que atenerse a las consecuencias.
    Somos humanos, somos capaces de soñar y desear, pero también de anticipar, y por ello, creo que debería devolver el bebé.
    Pero debo decir que también creo que las "madres de alquiler" debería ser abolido, pues es verdad que solo contribuye al tráfico humano.
    Hay más formas de tener un bebé, y no tiene por qué ser biológico.
    Muchos niños huérfanos se consumen en orfanatos tristes y abandonados.
    LA mejor opción, creo que es la adopción.

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